E

n el año 1985 acompañé a la armada paraguaya que viajó a la Argentina, específicamente a Buenos Aires, para luego trasladarse a Córdoba a la quinta edición del Rally de la Argentina que otorgaba puntos para el campeonato mundial de la especialidad. En aquella delegación destacaban pilotos como Tito González Maya con un Mitsubishi Lancer GSR, Carlos Luis Knopfelmacher con un auto similar, Nelson Sanabria con un Nissan 160 J, Jorge Pirovano con un Toyota Starlet, Mazen Annahas con un Volkswagen Voyage, Miguel Napout con un Ford Escorth 2.0 y Santiago Silguero con otro Nissan 160 J.  

Miguel Napout y Miguel Ferrara (Argentina 1995).

Sin dudas, eran otras épocas a las que estamos viviendo hoy en día con nuestros compatriotas que comienzan a salir a competir en igualdad de condiciones y con otras ambiciones. En la década de los ´80 cuando viajábamos a ver carreras de paraguayos en el extranjero solo pensábamos en que terminar la carrera ya sería un mérito, y aparecer en algún clasificador, una hazaña.

Es evidente que esa actitud fue la que atrasó a nuestros deportistas que aprendieron a conformarse con terminar una prueba y ser recibidos en Asunción como si fueran héroes, solo por el hecho de haber participado en un evento internacional y haber terminado, aunque sea, entre los últimos.

Esa actitud pienso que comenzó a cambiar cuando Nelson Sanabria alcanzaba el primer campeonato sudamericano de rallies en Puerto Montt, Chile. Fue ahí que comenzamos a valorar a nuestros deportistas como tales ya que fue ese campeonato el que motivo a los paraguayos a pensar que sí, se puede conseguir resultados positivos en el extranjero, ya que en ese entonces se peleaba con Paulo Lemos, Edio Futchter, Lucho Etchegoyen o Federico West, entre otros, que le daban un real nivel a dicho certamen.

Después vinieron más campeonatos sudamericanos. Algunos en temporadas muy competitivas y otras no tanto, pero que hicieron que el paraguayo fuera a buscar resultados en eventos internacionales con reales chances de estar al menos cerca de los primeros.

Se comenzó a acabar aquello de festejar el “dar la vuelta” y comenzar a ser más críticos, sobre todo, más competitivos. Después de aquella pléyade de pilotos que iban a correr el mundial sin chances, pero con la convicción de que lo importante es competir, aparecerían los pilotos de la Formula 3 Sudamericana como Roque Aranda y Elio Saurini, que no llegaron, más que nada, por falta de medios, pero iban a competir, a buscar resultados, a tratar de medirse y tratar de ganar.

Se volvía lentamente a tener la mentalidad de los pilotos paraguayos de los setenta como Jaeggli, Calvo o el mismo Federer que iban a competir a Argentina o a Uruguay con la convicción de buscar ganar y no solo participar, y ojo, lo hacían.

Elio Saurini y Roque Aranda en la F3 Sudamerica.

Después llegarían los Galanti, con resultados ya más interesantes como aquella recordada presencia de Marco en Kenia donde se mantuvo en el top ten durante gran parte de la carrera hasta su abandono, o Ale Galanti que llegó a terminar cuarto en un RAC Británico en el primer año de su participación en la Junior del mundial, aunque siempre estaba el fantasma de la falta de medios económicos para avanzar.

Ale Galanti: dos años en Europa. Fue 4to. en un Rally RAC.

Después, Nelsito Sanabria aparecía en el Dakar, en donde compitió llegando siempre y siendo protagonista desde el comienzo hasta la hazaña de ganar tramos y pegarle siempre en el palo, a base de talento y mucho esfuerzo. Por suerte al parecer vuelve el año próximo al Dakar y volveremos a tener un paraguayo compitiendo por resultados en un evento de tal magnitud.

Nelsito Sanabria, el más exitoso de los dakarianos.

Después Joshua Duerksen llegó y demostró de qué está hecho mientras espera el momento de consolidarse, aunque ya está ganando carreras y poles en eventos de gran nivel. Por ahí también apareceOscar Bitar que está compitiendo calladamente en eventos de gran magnitud en los Estados Unidos y ahora ya comienza a incursionar en categorías europeas en donde irá a buscar resultados y no sólo dar la vuelta.

Joshua Duerksen, consiguiendo resultados en Europa.

Y, por último, Fau Zaldívar a quien se le suma ahora Diego Domínguez Bejarano que son quienes mostrarán al mundo el nuevo rostro del automovilismo sudamericano. Con un Fau Zaldívar que está absolutamente enfocado y encaminado a tener su gran año en 2023 y un Dieguito Domínguez que sabe a qué va a Europa y definitivamente es a ganarse un lugar a base de trabajo y desde luego, con el talento que, de hecho, lo tienen ambos de aliado en esta nueva odisea.

Fau Zaldivar. Este podría ser su gran año.
Diego Dominguez Bejarano, de gran futuro.

Es por ello que hoy quiero brindar. Porque estamos comenzando una temporada que será inolvidable con pilotos que estarán en eventos internacionales de gran nivel en busca de resultados que lo vamos a celebrar entre todos y que nos darán la posibilidad de ver a compatriotas, como verdaderos deportistas que van en busca de Gloria y no solo de honor.

Justamente hoy leí una frase, que más que una frase, es un pensamiento célebre de un grande del fútbol argentino, Carlos Salvador Bilardo que dijo: “para mí, solo cuenta ganar. Ser segundo, no vale. ¿Vos sabés quién pisó América detrás de Cristóbal Colón?, yo no.”

Salud señores y que tengan un gran año.

Publicado el
7/2/2023
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